Sus risas fueron ahogadas por los pétalos de aquella flor, y la sangre cubrió sus labios y la muerte le abrió las alas para abrazarla, pero, aún así, aquella sonrisa jamás abandonó su rostro.
Sus risas fueron ahogadas por los pétalos de aquella flor, y la sangre cubrió sus labios y la muerte le abrió las alas para abrazarla, pero, aún así, aquella sonrisa jamás abandonó su rostro.
Ella está completamente rota.
Yo tengo la manía de querer repararlo todo.
Ella es un perfecto desastre.
Yo trato de estar planificada.
Mi manía es el orden, y ella es un caos.
Se aburre de la vi...